En una industria donde las prestaciones parecen que no tienen límites y los diseños se ven como de películas de ciencia ficción, es interesante ver que algunas marcas todavía apuestan por lo simple. Este es el caso de Royal Enfield que mantiene sus modelos clásicos prácticamente inalterados.
Al encender la Machismo 500, su sonido grave y bajo, junto a las pequeñas vibraciones, resultan muy agradables, ya que se entienden como parte del carácter de esta máquina. La simpleza de la Machismo comienza en su motor. Posee un robusto monocilíndrico de carrera larga de 499 cc, prácticamente idéntico al de los años 50, claro que con aleaciones más livianas y con una caja de cinco cambios.
El arranque puede hacerse con el tradicional botón de encendido eléctrico o con la pata de partida, para los más nostálgicos.
En marcha
Ya en marcha, esta Royal Enfield destaca por ser más cómoda de lo que parece. Su confortable asiento y el manillar alto ofrecen una posición de manejo que mantiene al piloto erguido en su asiento.
Sobre el foco se ubican los marcadores a la vieja usanza. Un velocímetro con odómetro, testigos de luces y neutro nos entregan toda la información necesaria.
En la ciudad se mueve con total aplomo y sus delgadas ruedas de rayos aro 19 brindan un comportamiento ágil y estable.
La suspensión delantera es una horquilla hidráulica y la trasera es con amortiguadores con gas, los que la hacen muy blanda en las calles accidentadas.
Pese a que el motor es un monocilíndrico de 500 cc, su respuesta satisface muy bien. Sus discretos 25 CV son capaces de llevarnos sin problema a una velocidad crucero de 110 km/h, sin sentir que se le está exigiendo demasiado.
La máxima declarada por el fabricante es de 130 km/h, pero sólo llegamos a 120 km/h, ya que en ese momento la estabilidad empezó a decaer.
En caminos trabados, la Machismo 500 enfrenta las curvas de manera bastante aceptable, considerando que su diseño y parte ciclo no fueron precisamente pensados para sacarle provecho en ese aspecto. Además, la postura del piloto tampoco es la más adecuada para una conducción deportiva.
Una de las mejoras más acertadas que tiene la Machismo 500, respecto de sus predecesoras, son los frenos. Adelante incorporó un disco simple, mientras que atrás sigue siendo de tambor. Ambos se complementan muy bien y la frenada es bastante efectiva. No podía ser de otra forma, ya que el freno de motor prácticamente no existe, por lo que se deben presionar constantemente la manilla y el pedal para disminuir la velocidad.
En conclusión, la Machismo 500 es una moto que no se puede comparar con otras máquinas del mercado, aunque por estilo se tiende a pensar que compite con una Triumph Bonneville e incluso con una Harley Davidson Sportster. Pero lo cierto es que por tecnología y precio están muy distantes.
Esta Royal Enfield es una máquina con personalidad y está pensada para quienes disfrutan de lo simple y están dispuestos a sacrificar prestaciones y algo de confort, ya que no sólo se ve como una moto de otra época, sino que se comporta como tal.
La marca Royal Enfield es de origen inglés y lanzaron su primer motor en 1901. Fue proveedor de motos para las fuerzas armadas británicas durante la Primera Guerra Mundial. A fines de los 60 debió cerrar su planta en Inglaterra y continuó con su fábrica en India, desde donde vienen actualmente.
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